miércoles, 14 de diciembre de 2011

Montaña Rusa

Sabiendo a qué se arriesgaba, sin embargo se atrevió. Los segundos llenaron minutos, y los minutos horas. Los días se hicieron semanas, y esos meses comenzaron a hacer efecto.

Se espantaron los miedos que corrieron cobardes; se abrieron  grietas en las puertas y ventanas, y poco a poco pequeños y transformables sueños comenzaron a inmiscuirse en ese cuarto que tan cerrado y oscuro se encontraba. Los rayos del sol dieron frente en la batalla contra esos muros y lograron vencerlos.

Poco a poco el cuarto recibió una puesta al día, se pintaron de colores las paredes, se adornaron los rincones, se lleno de luz y fantasía. Otra vez lo había logrado, ella estaba feliz, su cuartito interior nuevamente brillaba y le regalaba libertad. Tenía libre albedrío de sentimientos, de impulsos, de inspiraciones.

La comodidad se adueñó de su existencia, hasta que un día cayó en la cuenta de que todo eso no había ocurrido de la nada. Había alguien vestido con un pintorcito y un pincel lleno de magia que iba dibujando sus paredes, que dejaba huellas en su piso a cada paso, que la rodeaban por doquier.

No lo esperaba y no quería acostumbrarse, su memoria todavía estaba intacta. Se había prometido tiempo atrás no dejar entrar a nadie otra vez, estaba enojada consigo misma, había roto su promesa, pero aún así no hizo nada, esa presencia pintoresca realmente la alegraba y no podía negar que nada hubiese resultado igual quizás sin él. Así fue que no hizo nada mas que disfrutar de esa compañía y comenzó a preocuparse también por él.

Al tiempo comenzó a percibir que todos los días paraba su tiempo para prestarle atención al artista y cayó en la cuenta de que volvía a repetir la misma historia que tiempo atrás. Así fue que decidió echarlo de su cuarto tan especial y tan cuidado. Pero ese personaje se sintió mal y le hizo ver todo lo que había hecho en el cuarto. Se veía tan bonito lo que había hecho con ella  que se convenció de que quizás debía darle una oportunidad al destino y arriesgarse una vez mas a subirse en esa montaña, que tras vueltas y vueltas vuelve al mismo lugar, pero quizás esta vez rodaría mas allá.

Las estaciones pasaron y ella seguía divertida rodando y rodando. El tiempo comenzó a hacer uso de su poder y los materiales empezaron a estropearse. Su cuarto empezó a oscurecer de a poquito, el agua que filtraba por las goteras poco a poco empezaron a desdibujar las paredes, las flores pedían agua a gritos, los adornos ya no se lucían por la tierra. ¿Dónde estaba ese artista de pintorcito y pinceles mágicos? En algún momento entre las vueltas se había perdido, había dejado de frecuentar ese lugar, ese cuarto.

Nuevamente la montaña rusa había terminado su vuelta en el mismo lugar que tiempo atrás. Las vueltas habían sido divertidas, pero el dolor de no sentirse en movimiento era mucho peor que la quietud del principio de esta historia.

No quedaba mucho por hacer, poco a poco fue juntando clavos y maderas abandonadas en el camino. Compró un martillito y la pequeña nuevamente tapó puertas y ventanas. Sobrenaturalmente su tamaño se encogió y volvió a sentirse chiquita otra vez.

Supuso que por lo menos lo había intentado, supuso que el que no arriesgaba no ganaba. Esta vez había perdido, pero ese artista quedaría en su recuerdo, quedaría grabado en las páginas de su vida y en cada rincón de su ser.  No veía otro camino, así que comenzó sentándose, abrigándose,  adaptándose a ese cuarto vacío, oscuro y silencioso,  pero con la sonrisa de saber con certeza que había vuelto a amar.

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colores

jueves, 8 de diciembre de 2011

Agua y Aceite.

 oil-water

En algún tiempo y un espacio intentaron ser uno

se mezclaron, se revolvieron, se agitaron

pero no bailaron al compás de los colores

por muy poco casi llegaron, casi lo lograron.

Ella dice sí, él dice no,

ella se escapa al norte, y él al sur,

ella usa blanco, él usa negro,

ella piensa en años y él en segundos.

Me pregunto si llegarán,

a eso de robarle sonrisas a la vida,

a escuchar los suspiros del destino,

a darle libertad al tiempo.

Pero el miedo los hace equivocarse,

porque no quieren las mismas cosas,

no buscan ser mezcla homogénea,

pero aún así se siguen buscando, escarbando, llamando.

Se resisten a bajar del carrusel,

que por instantes los hace feliz,

gritan no responder a leyes físicas,

saben que no serán mezcla, pero saben que jamás serán olvido.

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Este es uno de esos escritos que salen entre sueños de madrugadas… espero que guste, y que tengan una muy bonita semana.

martes, 15 de noviembre de 2011

Caminando con un desconocido.

EL aire caluroso de diciembre era en lo único que venía pensando. Cada paso caminado se hacia interminable y no veía la hora de llegar a casa. Los autos que iban y venían por la avenida, las bocinas, la gente gritando, el golpeteo de los martillos de las construcciones, ya comenzaban a agobiarme a un punto extremo en que quería correr hasta casa, pero el calor y la sed no daban pie a mi imaginación.

Los estudiantes que migramos a otras ciudades en búsqueda de nuevos rumbos y proyectos nos encontramos con esos problemas: las mudanzas. Cada dos o tres años  cada pequeña familia, que somos amigos o hermanos, andamos recorriendo las calles, las inmobiliarias en búsqueda de un nuevo lugar para vivir. Lamentablemente la situación en Argentina en estos últimos años fue algo extraña, y ahora en 2011 nos damos cuenta de que los montos de alquiler se han ido por las nubes, pero los sueldos de nuestros padres siguen siendo igual, solo que ahora los bienes y servicios han aumentado. Así que la situación en esta ciudad, y en esta época del año, se remonta a estudiantes que llenan las inmobiliarias, preocupados y corriendo de un lado a otro para llegar a ver los inmuebles que se desocupan.

Esa era la situación en la que me encontraba. Caminando de mal humor, preocupada por el alquiler y mas aún porque era época de parciales a finales de curso. Siempre trato de hacer los viajes divertidos y suelo inventarme alguna especie de juego o reto durante. Esta vez fue distinto, yo simplemente iba distraída de lo que me rodeaba.

De repente al levantar la mirada puede ver un hombre muy singular. Tenía una marcha hemiparética, pelo largo y gris, con muchos rulos, como cual rockero de los 80. Tenía unos ojos celestes que me recordaron al mar, pero la mirada tenia una mezcla de tristeza y de picardía. No era un hombre muy mayor, seguramente estaría por entrar en los 40. Me sonrió y a unos metros delante de mí se paro y se quedó mirándome. Supongo que me entro el miedo por un momento, pero cuando llegue a su lado tratando de seguir mi camino, simplemente me dijo hola, con una voz bajita. No podía hacer otra cosa mas que pararme a su lado y decirle un simple hola, y tratar de seguir caminando, pero algo en él hizo enlentecer mi paso, y de repente caí en la cuenta de que el se había volteado y yo lo estaba esperando.

Fuimos caminando unas cuadras juntos, me contó que había salido a despejarse, que estar en la casa lo aburría. Desde el accidente no había vuelto al trabajo, y en su casa se sentía inútil porque no se acostumbraba a los movimientos diferentes. Que se había resignado a las peleas con su empleador y con la ART, ambos se negaban  a indemnizarlo como correspondía. Estaba seguro de que todo ya pasaría a ser un asunto legal mayor, pero no estaba preparado. Jamás se había imaginado que por un pequeño accidente en el trabajo, ahora ya no era el mismo. De un día a otro su vida había cambiado, y ya no tenía el control.

Recuerdo que me dijo que era afortunada, y que no anduviera por la vida creyendo todo seguro, que las pruebas oksiempre estarán ahí esperándonos. Me despidió con un gesto de “ok”. Cada uno siguió por su lado, el un poco mas contento de haberse desahogado con una desconocida, y yo un poco mas contenta de haber conocido otra historia.

La vida está llena de curiosidades, el hecho de existir y de afrontar lo que nos pasa día a día es un desafío. Detrás de todas nuestras distracciones simplemente todos somos humanos tratando de permanecer y seguir adelante.

Al final nuestros caminos se separaron, me arrepentí de no preguntarle el nombre, pero aunque no sepa ni nombre, ni dirección, sé que es la historia de uno más de nosotros, de uno mas que lucha y sigue, de uno más que aunque lo agobien los problemas no pierde la amabilidad y la simpatía con un simple desconocido.

¡Saludos! Les deseo una buena semana.

martes, 8 de noviembre de 2011

Más rápido que a pie

El movimiento balanceante, el ruido de la locomotora, la vibración de los rieles, era lo único que sentía mientras miraba el paisaje plagado de aviones, arbustos y modestas casas.

Tenía alrededor de una hora en tren y me dispuse a leer el libro de turno que llevaba en mi bolso. En cada parada los vagones iban ocupándose hasta que el asiento libre a mi lado fue elegido por una joven.

Pocas veces soy indiferente, será que esta vez la historia de San Atilano de Zamora y su anillo de oro me tenía abstraída, pero por alguna razón no preste atención a esa chica. En medio de una vuelta de hoja escucho un simple: –Hola. Al girarme me encontré con esa cara trigueña y una de las sonrisas mas grandes que he visto jamás. Me sorprendí, su voz tenía un tono muy particular.

Sin pensarlo me entregué a la charla y compañía que el destino me había preparado. Su nombre era Elsa, no era argentina, estaba paseando, de visita a su madre que había migrado hace 4 meses desde Paraguay, en busca de algún trabajo un poco mas redituable.  Me contó que tenía 18 años, que había terminado el colegio y estaba planteando qué hacer con su vida.

¡Qué bonito!, es la única expresión que paso por mi mente. Una persona planteando qué hacer con su vida, qué utilidad darle, buscando los motivos, con ganas de hacer cosas, animándose a andar.

Quería pertenecer al cuerpo de policía… como era tan común le pregunté si quería venir a vivir a Argentina, y para mi sorpresa era una de las pocas que defendían su nacionalidad, ella simplemente quería ser policía en su país, su lugar, su ciudad, con su familia, sus amigos,  quería darle a su gente lo tanto que ella sentía que habían hecho por ella.

¡Qué bonito!, fue la expresión ideal para tan curiosa persona. Confieso que últimamente mis pensamientos tiran hacia el lado pesimista, pero esto fue un buen cabezazo  privilegiado que marcaba un gol en mi cabeza. Me gusta la gente como Elsa, que con 18 años planea y proyecta.

Hija de una madre que hace aros para una vendedora mayorista, hija sin figura paterna. Persona simple y emprendedora, con ganas de seguir y hacer de su vida algo mejor... belgranonorte

Su olor a jazmín, el lacio de su pelo oscuro y la suavidad de esa voz me trajeron paz y un poco más de esperanza, de saber y estar segura de que en la vida existe la magia, existe la hermosa casualidad, de saber que todavía hay gente amable y sociable… y gente sin miedo a charlar con su compañero de tren.

Ella se bajo tres paradas antes que yo… nos deseamos suerte en la vida… y el viento ondulante y muy campante, su presencia se llevó.

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¡Que tengan una buena semana!

martes, 1 de noviembre de 2011

Viajando por la urbanización.

Me miró, como cualquier persona que se cruza en el colectivo.

La miré, fue inevitable mi curiosidad, sus ojos negros me llamaron la atención, es un color totalmente inusual aunque parezca raro. Su delineado perfecto gritaba “mírenme”. Su mirada era brillante y su tez morena.

Inquieta intentando sostenerme de la barandilla del techo, cada vez que me giraba, me cruzaba con esos ojos. Era una mirada alegre, pícara. Comencé a preguntarme si quizás me conocería,  si simplemente le había llamado la atención, o tal vez era una persona tan alegre que miraba así a todo el mundo.

Mientras seguía hablando con mi compañera, de a ratitos me giraba con disimulo y ahí estaba ella con esa mirada y sonrisa apuntándome… mientras ese pequeño espíritu se colgaba de su cuello y jugaba con su pelo negro azabache. Mi incomodidad poco a poco se fue pulverizando a medida que el viaje proseguía su camino habitual.

No supe nada de su historia, tampoco la volví a ver, pero pensé que esa comunicación entre dos extrañas, esas sonrisas regaladas, puede ser uno de los pequeños regalos que el presente nos lanza por doquier.

No la conocía, no tenía idea de su vida, ni sobre la de su retoño. Pero al bajar del colectivo esas pequeña manitas junto con las de su madre me saludaron por la ventanilla, y simplemente fui feliz.

jueves, 27 de octubre de 2011

Un Plan

Voy a alejarme despacio, 
con disimulo.


Voy a montar un escenario,
para irme de a poquito.


Sin apuro y sin que caigas en la cuenta,
mis pies se moverán.


Mi memoria comenzará a olvidarte, 
es lo que pensarás.


Mis palabras empezarán agotarse, 
no notarás la ausencia.


Poco a poco, con arte y actuación
haré que me creas culpable.


Mi corazón se hará mas fuerte,
solo yo sabré tu culpa.


Pero lento, sin apuro
mi latido ya no lo hará por ti.


lunes, 5 de septiembre de 2011

Pelusas

Pequeñas partículas atraídas por fuerzas electrostáticas, que conjuntamente forman una gran y gris masa de forma inimaginable, que si la quisieras representar en masa sería casi imposible manualmente.
Una gran pelusa, un gran desecho, que se barre, que se sacude, que  se patea debajo de la alfombra cuando hay invitados imprevistos.
A veces comparo nuestra mente con una gran pelusa. Nuestros sentimientos van creando una gran red de pensamientos enmarañados, que a veces suelen confundirnos. Sentimientos que deberían haber sido desechados, que creemos que se fueron, pero quedaron enredados en el medio de la gran pelusa que es nuestra cabeza.
Sentimientos que quedan guardados y atraen mas… y mas, es como una reacción en cadena… contagiosa.. los sentimientos grises atraen mas sentimientos grises y con ellos algunos coloridos se sienten atraídos, y se mezclan, y forman redes, conexiones, atracciones.
Pelusas por aquí, pelusas por allá, restos que escondemos, que barremos, que tiramos, pero que jamás deshilachamos o desarmamos.
La gente está llena de pelusas escondidas bajo la cama, bajo los muebles. Esas pelusas a veces nos resultan molestas, las vemos pero no hacemos nada por sacarlas, a veces las soplamos con el fin de que se vayan un poco mas lejos de nosotros, pero cualquier brisa vuelve a dejarlas en el mismo lugar, y hasta ayuda a agrandarlas más.
Supongo que si nos dedicáramos a limpiar un poquito mas seguido nuestras mentes, el mundo sería mucho mas despejado y feliz.
En fin, yo y mis locuras, mis ideas… Les dejo un saludo para todos, que tengan una bonita semana.
¿Uds. tienen pelusas en sus casas?

miércoles, 24 de agosto de 2011

Deseos para alguien ausente…

varitaHoy comparto con ustedes una especie de poema que escribí hace un tiempo… para alguien que fue muy importante para mí. 

 

Quisiera un par de alas violetas y muy mullidas para poder echarme a volar, y así poder llegar mas rápido a tu lado.

Quisiera tener un frasco de mermelada que sea tan dulce y sabroso que te haga olvidar los sabores amargos que la vida te tira de vez en cuando.

Quisiera tener una cobija mágica para regalarte y que pueda abrigarte cada vez que te sientas solo y con frío.

Quisiera un reloj de otro mundo que parara el tiempo a tu antojo, para que puedas disfrutar más los lindos momentos, y los feos pasen rápido.

Quisiera un baúl que guarde escenas de besos y abrazos para que nunca te falten.

Quisiera un ropero en el que entrar, y que me transporte hasta tu casa, para poder hablar y reírnos una vez más.

Quisiera muchas cosas, cosas inimaginables que harían la vida un poquito mas bonita y llevadera.

Pero todavía no tengo superpoderes, así que hoy me conformo con saber que estás ahí durmiendo.

Me conformo con saber que el sol te recibe cada mañana y las estrellas iluminan tus noches.

Me conformo con saber que aún puedes ver, escuchar, oler, sentir… me conformo con saber que estés donde estés, aunque sea lejos de mí… estas bien.

jueves, 4 de agosto de 2011

Gusta Me

Gusta la gente que se hace cargo de lo que piensa.

Gusta la gente que no se censura y vive a flor de piel lo que siente.

Gusta la gente que expresa sus sentimientos sin miedo al qué dirán.sonrisa

Gusta la gente que se levanta después de caerse… ¡Incluso algunos hasta sonríen! ¡Gusta esa gente!

Gusta la gente que no cataloga a las personas por los errores pasados personales.

Gusta la gente con proyectos y expectativas, pero que aún así no piden imposibles.

Gusta la gente que tras una tristeza sigue adelante y espera por más.

¡Yo hoy digo que ME GUSTA! 

¡Yo hoy digo chau a los cobardes!

¿Uds. que dicen?

¡Un saludo para todo el que llegue hasta aquí!

lunes, 1 de agosto de 2011

Grises pensamientos para un lunes…

  Un amigo una vez me dijo que toda nuestra historia está escrita, pero lo que no creo es que uno deba aceptarla e ir por la vida como un ser inerte que se mueve por la simple razón de la rutina o simplemente guiando sus instintos natuCalendar-graphicrales de buscar saciar su hambre, su sed, su necesidad de compañía y cesación de la ansiedad que le producen sus deseos. ¿A qué vinimos a este mundo? Estoy casi convencida de que todos tenemos un motivo, y si no lo existiese deberíamos crearlo nosotros mismos. Me niego a creer que nacemos para simplemente tener una formación, trabajar, formar una pareja, tener hijos, verlos crecer y morir. Es todo muy estructurado, siento que es una imposición más que una elección.

  Aun así, a veces caigo en la cuenta de que no estoy haciendo nada por cambiar mi destino, la situación que no me gusta, que no me conforma, que no me hace feliz. Supongo que muchos tendemos a hacer eso: conformarnos. Sin embargo toda la realidad nos lleva  a pensar que somos humanos llenos de ambiciones, de deseos, que luchamos por más, pero lo que en verdad se busca, si lo analizamos, termina siendo puramente material. Suena a gente egoísta, o  gente aburrida, pero lamentablemente hoy creo que es una verdad mayoritaria aunque no general.  Me gustaría encontrar gente que haga excepción a la regla.

  No veo a muchos de nosotros interesados por asuntos sentimentales, aunque decimos hacerlo, pero muy superficialmente desde mi punto de vista. No veo a nadie interesado en conocer sobre errores pasados, ni aprender de experiencias vividas. “Uno debe tropezar uno mismo con la piedra para saber levantarse”,  una idea inconsciente que nos instalan desde pequeños, con la que no estoy de acuerdo para nada, para qué dejar que alguien se haga mal, o  lo provoque, pudiendo evitarlo.

  A veces siento que están desfasadas la ética y la moral respecto a todo lo que creamos. Creamos cosas infinitamente invaluables, pero que somos incapaces de usar bien. Siento que esta formándose un detonador que en algún momento, me da miedo, termine activándose.

  Un saludo para todos!

  Escriban, escriban, den rienda suelta a sus pensamientos. Que un pensamiento que nace y muere en nuestra cabeza no tiene sentido de haber existido. ;)

martes, 14 de junio de 2011

Pain

Pensamiento de un diario personal encontrado en el fondo de alguna parte de mí….

Duele hasta las entrañas,

aceptar que me involucre mas de la cuenta

cuando aún así me había prometido no hacerlo.

Me fallé.

Pero uno no lo espera, uno no lo puedo manejar,

cuando se está al borde del abismo la adrenalina se libera,

y te dejas llevar.

Tu perfume lastima mis filetes olfatorios, y mi corteza visual se activa para traer tu figura hasta mí…

por lo menos en mi imaginación.

Hacerme la que no me pasa nada se llama… ¿negación?

Parece el camino más fácil, pero no es nada cómodo este viaje.

Quiero decirte que quiero verte,

quiero confesarte que me hace feliz el simple hecho de tu existencia…

la existencia de gente con un alma bonita me pone feliz.

Soy de pensar demasiado, tanto que desgasto los pensamientos…

Me pregunto por qué tuve que salir con mi actitud de apurada.

Compré todos los boletos para este viaje.

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¿A uds. también les pasa que son apurados o sienten que manejan otros tiempos distintos al resto?

Saluditos! ;)

viernes, 27 de mayo de 2011

Hoy manifiesto...

Hoy no voy a escribir por gusto, hoy voy a escribir por desahogo.

Subir con alguien a una montaña con un paracaídas o un parapente en brazos, y no tirarse… se llama miedo, se llama cobardía. Hacer el esfuerzo para subir esa montaña y no animarse, es fallarse a uno mismo y es fallarle al otro.

parachute

Estoy un poco cansada de la hipocresía de los que reclaman hipocresía cuando ellos mismos lo son. Estoy cansada de las distracciones del mundo de hoy. Estoy abrumada por las tendencias, por las modas, por los modos de querer ser distintos a los demás, cuando al final todos somos muy parecidos naturalmente. Estoy cansada de la gente que usa vendas para no ver, para escapar de la realidad. Lo sé, puede ser dolorosa… Pero está ahí, duele, y hay que aceptarla. El único modo de cambiar algo es aceptando que hay un problema.

Estoy cansada de tantos auriculares generando una sordera del sonido del mundo. En la naturaleza también hay música. En la gente también hay música.

Estoy cansada de los tiempos tan ajustados. Estoy cansada de  tener que pensar todos los días en el mañana, cargando con el pasado prejuicioso que nos acribilla a cada momento que bajamos la guardia.

Estoy cansada de la gente que habla sin censura, estoy cansada de la gente que deja salir de su boca palabras sin sentido, y que son incapaces de medir el efecto que generan en los otros. Estoy herida de la ignorancia de no conocer que en el otro también hay sentimientos.

Estoy cansada de que la gente no se valore, estoy cansada del conformismo de hoy en día. No pido que quieran más, solo pido que quieran estar bien, que no acepten condiciones inhumanas como un bienestar.

A veces me parecen situaciones que no tienen cura, y es lo que mas impotencia me genera… a mí… a un simple granito de arena más que habita este hermoso lugar.

Hoy pensé en el miedo de hablar, pensé en el miedo de expresión, en el miedo de comunicarse con alguien.

¿Por qué tener miedo de animarse?

¿Por qué tener miedo de hablar? 

Luchando con este estorbo, empiezo hablando de lo que pienso.

Por lo menos creo que es un buen paso…

domingo, 15 de mayo de 2011

Ver, percibir, imaginar

Sentada bajo un árbol, una chica sonreía con lágrimas en la cara.

En un banco cercano una anciana miraba el horizonte, obstaculizado de ladrillos y cemento.

En el pasto un niño se revolcaba con su perro sin importarle el barro.

En la esquina una señora vestida de gris esperaba el ómnibus con poca expresión en el rostro.

Por la vereda una pareja corría a la par.

Desde ahí nada tenía sentido pensé…

mundos unidos

Un chica sentía la perdida de su amado.

Un anciana recordaba la mirada de su esposo al verla acercarse al altar.

Un niño estaba feliz por haber reencontrado a su perro, perdido hacia una semana.

Una señora vestida de gris estaba ansiosa por llegar al hospital, hacía 10 minutos le habían avisado que su esposo estaba allí.

Una pareja sentía soledad, ella moría por dentro por pedirle perdón, y el moría por dentro por el deseo de perdonarla.

Desde ahí todo fue mas claro…

lunes, 9 de mayo de 2011

En prisión

Como un envase vacío oxidándose a la intemperie, podía sentirse de ella el sonido de las gotas escurriéndose por sus agujeros, podía captarse la absorción de la luz por ese cuerpo oscuro de colores en extinción. Podía sentirse a los lejos el olor metálico que expedía la respiración emitida al vaciarse entre sus ahogos y sollozos.

dark_room_desk Su mente se sentía perdida, ya no era capaz de hacer un único individuo entre su cuerpo y su alma. Sentía imposibilidad de expresarse, con el paso del tiempo las palabras comenzaban a escasear de entre sus labios. La sumisión al vació y el silencio que el alrededor le transmitía la obligaban a refugiarse en un cuarto oscuro. La luz pedía a gritos que la dejase salir de ella, las palabras deseaban transformarse en cataratas de sueños y de ilusiones, y no lo lograba por mas esmero que de ella brotara. La comunicación con su interior ya había perdido integridad.

Se quejaba por falta de tiempo. En su soledad se replanteaba  si había elegido el camino correcto. Todavía no podía aplacar la batalla entre su necesidad de prosperar dando una utilidad vital a su existencia para con sus compañeros de mundo, y entre sus necesidades personales de liberación, que no parecían estar cumpliéndose.

Las notas musicales hacían cambiar el ritmo de sus signos vitales y comenzaba a sentir un peso irrompible en su interior. Se preguntaba si serían las emociones contagiadas o era la señal de algo trascendental, una señal, o una mera casualidad de su personalidad para con las creaciones humanas. No podía evitar el sentirse egoísta al dar rienda suelta a sus ideas, a sus dedos, que dejaban plasmados en una unidad virtual y otras veces en papel, sus juegos de palabras. No buscaban nada, solo buscaban salir, y era la idea egoísta de su necesidad. Sin objetivos… ¿Cuál era el motivo de lo que sentía?

Estaba asumiendo que el motivo de su estado era su incertidumbre de no saber sobre qué camino tomar, y como elegirlo, y la capacidad de verlos. Necesitaba de la capacidad de visualizarlos, pero la oscuridad de su alrededor no era una mano extendida, no eran binoculares que facilitaran su visión.

No habían muchas opciones que elegir, no había muchos escapes a los cuales dirigirse. La espera ahogada en la monotonía de la rutina de ver los días pasar era la dosis que mas se ajustaba a su vida, que poco a poco iría perdiendo color.

La aceptación a ese destino se había convertido en lo  mas cercano a una realidad esperable en su imaginación…

jueves, 7 de abril de 2011

Rosa y Julián

Eran ya las 3 a.m, y en el hospital el silencio se adueñaba de cada grieta, así como la ausencia de Febo que firmaba su retirada luego de las 6 p.m.

Mi ansiedad y necesidad de mantenerme despierta me obligaban a la búsqueda de un espacio desierto en ese enorme lugar, donde poder llevar a cabo el ritual de fumarme un cigarrillo a escondidas, ya que era una especie de pecado en nosotros.

Encontré un pasillo iluminado solo con la luz de emergencia, y ahí mismo en el suelo me senté. Estaba concentrada en el sonido de la ausencia, en lo vistoso de las imágenes que jugaba el humo a dibujar, y fue entonces cuando la vi.

En el pasillo del ala opuesta, se divisaba una silueta sobre un banco. Era un cuerpo femenino, con la mirada perdida hacia el techo, en quién vaya a saber qué imágenes productos de su mente. Yo solo veía un cielo raso blanco con algunas manchas de humedad, pero algo tendría que atraía su mirada.

En los hospitales es común encontrarse con gente durmiendo a falta de casa, pero esta no parecía una de esas situaciones. Sentí la necesidad de incorporarme y me deje llevar por el instinto. Apagué el cigarrillo y comencé a caminar hacia el pasillo contrario.

A medida que la distancia se acortaba el producto del tiempo se hizo evidente, parecida a una obra de arte dibujándose alrededor de su rostro, una cabellera extensa y gris abrazaba a todo su cuerpo. Su expresión se sumergía entre huellas de la vida, el sol acompañándola toda su vida, había besado cada poro de su piel, como cuan amante celoso quiere dejar marcas en su compañero.

Su actitud de apatía y encogimiento no cambió a pesar de sentir mi presencia cerca, y fue entonces que dude sobre su capacidad de saber si estaba ahí. Como cual persona un poco tonta, sacudí mis manos frente a su mirada tratando de llamar su atención para romper ese silencio que comenzaba a comerse el espacio. Aún así su mirada permanecía como dos flechas apuntando a su presa en las manchas de humedad del techo. Me quedé parada ahí, una fuerza extraña me anclaba a ese lugar. A los segundos volteó su ojos hacia mí, y un frío recorrió mi cuerpo de repente.

-¿Qué ocurre?

-Perdón, la vi sola y pensé que quizás querría hablar con alguien.

-Solo busco respuestas a las preguntas imposibles de contestar- balbuceó con un tono de dejadez en la voz.

No supe que mas decirle, sus palabras fueron un poco desconcertantes para mí, y como sí la fuerza de gravedad hubiera cambiado, sentí me empujaba para sentarme a su lado. Sabía que no iba a poder ayudarle, pero se me ocurrió que quizás dejarla hablar con alguien le serviría. Le hablé sobre el horarios, le hable sobre el clima cambiante, le comenté que hacía en ese lugar, hasta mencioné el silencio del hospital. Tras varios intentos fallidos de que emita mas palabras, dejé de intentarlo. Me quedé ahí y le pregunté si le molestaba que prenda un cigarrillo, como no me dijo nada lo hice. Iba ya por la mitad y estaba cómoda a su lado. De repente una lágrima corrió por el surco aledaño a su nariz, y comenzaron a brotar como la creciente de un río en una estación lluviosa. Las palabras parecían derretirse por la boca de Rosa.

Me enteré sobre la vida de una persona mas que habitaba este planeta. Rosa creció en el campo, a los 15 años  conoció a su Julián y como era costumbre en esos tiempos, a los apenas 18 años de ella consumaron la unión y se fueron a vivir juntos a una pequeña chacra alejada de la ciudad. La vida les proveyó de una vigorosa juventud y una voluntad de acero con la cual lograron establecer una especie de simbiosis con la tierra y los animales. Ellos los trataban con dulzura, los cuidaban, a cambio recibían la gracia de saciar su hambre, y la de sus 10 hijos que con los años se habían ido incorporado. Pero la vida no es eterna, y Rosa ahora se encontraba en la ciudad esperando respuestas.

Su nivel de escolaridad no era el motivo por el cual ella no entendía lo que ocurría. Simplemente no podía entender porque algo se había adueñado de su Julián, no podía asimilar que su fuerte compañero estuviera tendido en una cama blanca, sin su color de siempre, con tubos sobre su rostro, con otros entrando por sus brazos pasándole líquidos de colores extraños. No podía verlo así, los médicos le habían explicado que unos parásitos habían invadido su cuerpo y estaban por su sangre, pero no era una explicación válida para Rosa. Traté de explicarle mas o menos como funcionaba y como eran los hechos. De repente me encontré hablando de fisiopatología y tratando de buscar palabras cotidiana o simples, pero la estupefacción de su rostro me hizo caer en la cuenta de que estaba siendo igual que los demás. A ella no le interesaba eso, a ella le interesaba por qué su Julián no podía hablarle, ni mirarla, a ella le interesaba saber cuando su compañero incondicional de vida iba a volver junto con su familia. No podía entender como la vida había querido arrancarle a esa parte tan preciada de su vida. Estaba enojada, estaba triste, necesitaba respuestas que no podía darle alguien tan pequeño como yo. La impotencia y la resignación a la tortura de la espera habían entrado en mí también.

De repente caí en la cuenta de que sus manos habían buscado las mías y en ese pasillo frívolo pude sentir el calor que ellas transmitían. Su piel denotaba el producto del trabajo, la aspereza de sus manos reflejaba su voluntad y su no escatimación en los quehaceres cotidianos. Sus manos quemadas por el sol y sus uñas un handsyoungoldpoco sucias me hicieron imaginarla como una mujer simple y con esperanzas. Parecía de esas personas que aunque estén en situaciones inusuales siguen con esa lucha contante que es la vida, haciendo frente a los problemas. Se me vino la imagen a la cabeza de Rosa despertando cuando el sol apenas se animaba a salir, añadiendo leña a la cocina, preparando el desayuno a sus pequeñuelos y saliendo con los baldes de maíz a visitar a sus aves. De repente pensé que por nuestros alrededores queda poca gente así, y también caí en la cuenta de que no quedaban muchos lugares con gente como la mujer que tenía en frente mío, con el pelo gris y el rostro demasiado arrugado para su edad.

Rosa me confió hasta cómo fue el día que conoció a Julián. Todo ocurrió en un baile de la estancia, su madre la había acompañado, y él había ido con su hermano mayor. La música sonando invitaba a bailar a las parejas,  y él muy compadrito se había animado a llevarla a volar. En pocos minutos sintió lo que era la seguridad, y el sentirse protegida, unos brazos fuertes y unas manos anchas habían hecho de ella, una muchacha sencilla y con pocas ambiciones, una muchacha feliz. En ese preciso momento en que todas las parejas a su alrededor ya no existían en su mente, supo que ese hombre de mirada triste y porte de señor iba a convertirse en parte de su vida.

Habían compartido mas amarguras que alegrías en su historia familiar, las subidas y caídas en el mercado nacional también influía en ellos. Julián trabajaba para el dueño de los campos, se encargaba de las siembras y las cosechas, prácticamente ellos sentían que era su hogar, que era su lugar.

De todos modos contar su historia se resume en su seguridad en común de terminar la vida juntos. Rosa le había pedido a Julián que jamás la deje sola, y él había respondido con promesas que iban a hacer frente al tiempo e iban a llegar a ancianos juntos, disfrutar de sus nietos y revivir viejos momentos. Ahora los esquemas de Rosa estaban alterados, los hechos habían confluido en un Julián débil, en un Julián cuyo cuerpo no sabían cuanto tiempo más podría aguantar.

De repente caí en la cuenta de que había pasado mucho tiempo ahí sentada junto a Rosa, debía volver a mí sitio. No habían palabras en mí que le sirvieran, siempre fui de las personas que piensan que es molesto pedirle a alguien que esté bien, cuando eso es algo casi imposible en estas situaciones. El dolor… duele. Quizás no hay que convencerse de que no es así, simplemente hay que vivirlo en su tiempo.  No quedaban mas opciones que resignarse a la espera. Simplemente pude decirle que esperaba que todo terminara de una buena manera para ellos, me incorporé y salí caminando con lágrimas en los ojos que Rosa no vio, y que no tenía intenciones que supiera que existían.

La mayoría de las historias que he conocido son historias tristes, pero todas las que he visto con final feliz se rigen por el amor, por el amor personal, por el amor a nuestros próximos, por el amor a la vida, por el amor a cada persona que habita este precioso lugar llamado Tierra.  A Rosa no la volví a ver. No sé que habrá sido del final de esa historia, solo quiero imaginarme que en este presente son dos ancianos que se levantan por la mañana, que toman mates juntos y que van de la mano por el campo a caminar en el atardecer. Quiero creer que la vida le regalo a esa familia más tiempo para estar juntos.. más tiempo para vivir la promesa de Rosa y Julián.

Fin

viernes, 18 de marzo de 2011

Un juego sin final…

Hola gente, hoy tuve un instinto algo raro… Y bueno esto es lo que salió, no es un cuento, es un relato un tanto extraño. Conocidos literarios ya me comentaran de que se trata. Espero que puedan interpretar en su imaginación la lectura, del mismo modo que mi imaginación de apodero de mis dedos. Os dejo un beso!

Pongan play al video, creo que ayuda a entrar en ambiente….

-Un juego sin final-

Poco a poco comienzas a ser consciente de tu alrededor, la oscuridad comienza a adueñarse del paisaje, y las telarañas acumuladas comienzan a obstruir el paso. Los túneles parecen crear nuevas conexiones, las escaleras comienzan a romperse en el sube y baja constante de tu caminar buscando la salida. Poco a poco empiezas a quedar  encerrado en niveles cada vez mas bajos.

Te preguntas porque accediste a jugar a este tonto juego con tus amigos. Recorrer un psiquiátrico abandonado parecía divertido. Aunque ahora que estas solo empiezas a cambiar de idea al pensar en los enredos psicológicos, los delirios, los gritos y la confusión de la gente que ahí entró, y ahí murió.

No crees en los fantasmas, pero en situaciones así uno comienza a dudar. Oyes un grito que parece venir desde atrás tuyo, pero muy a lo lejos. Te preguntas si será ella y corres con una respiración agitada, pero no por el cansancio, sino por el miedo. De repente a tus pies ves huellas de barro, gotas de sangre que comienzan a confluir cada vez más a medida que te acercas al lugar de dónde provenía el grito.

Te encuentras frente a una puerta de hierro, con pintura saltada y un poco oxidada, pero que abre fácilmente. Apoyas tu mano sobre ella y la empujas. Ahí en el suelo te encuentras con ella, tendida, sin movimientos. Te acercas para levantar esa cortina de baño que la cubre.  Los cortes, la desfiguración, la sangre… entras en un estado de shock sin saber que hacer, no emites sonido alguno,  y tus miembros no parecen responder, quedándote totalmente inmóvil. Esta mañana cuando la pasaste a buscar por su casa tenía color, tenía vida.  Y no hay rastros de nadie más, las huellas de barro desaparecen en la escena.

De repente comienzas a gritar, con una fuerza impensable, con una desesperación imperante. Tu corazón parece terminar saliendo de tu pecho por la fuerza con que late. Oyes el eco de tu grito, no oyes nadas más… hasta que entras en un llanto desconsolado al momento en que te arrodillas frente a ese cuerpo que yace en suelo ya sin vida.

De repente oyes el golpeteo de unas botas corriendo por los pasillos y tu desesperación no hace otra cosa que terminar de disparar otro impulso adrenérgico y sientes la necesidad de correr, de huir. ¿Pero a dónde?

Sales disparado por el miedo, corres con una fuerza descomunal, sin dirección, solo con la necesidad de escapar. Lleno de un sudor frío que cae por tu espalda, la temperatura puede sentirse descender… poco a poco comienzas a sentir que el frío se apodera de tu piel… escalofríos comienzan a recorrer tu cuerpo y caes en la cuenta de que estas solo… Ya no oyes nada más, estas sumido en un silencio absoluto que solo se interrumpe con el ruido del aire pasando por tus fosas nasales.

Estas solo, pero no sientes lo mismo. De todos modos…. ¿Quién puedo asegurártelo? El celular que llevaste para comunicarte con los demás que entraron no tiene señal, y tiene su batería a punto de agotarse. Tu impotencia te obliga a tirarlo con fuerza contra la pared en un intento de aplacar esa urgencia y esa furia que sientes invadiendo cada rincón y parte de tu cuerpo.

Te adelantas en los pasadizos con pasos lentos, ya sin fuerzas. Comienzas a perder la noción del tiempo, caminas y caminas hasta quedar rendido y te sientas ya sin esperanzas. Puedes sentir el goteo de esas cañerías viejas. Las tenues luces comienzan a parpadear. Mientras sientes que comienzas a retomar el aliento, te quedas sumido en una total oscuridad.

Las lágrimas comienzan a resbalar nuevamente por tu rostro y no puedes evitar preguntarte por qué. Pero en esta vida no hay porqués para el destino, tampoco hay porqués para la casualidades, no hay un por qué para la existencia de los riesgos, ni hay un por qué tú terminaste en este juego. La vida no tiene razones, solo es un juego al azar, una serie de hechos que nacen en precisos instantes y que nuestras mentes conectan.

Así es que en ese frío y en esa oscuridad, sientes el ruido de unos pasos. Tu corazón comienza a latir rápidamente otra vez, mientras intentas contener la respiración y no hacer ningún movimiento mientras sientes que ese algo se acerca. Te sientes desvanecer por un golpe en la sien. Te mareas, y hasta sientes que puedes ver algo de luz, pero solo es efecto del golpe. De repente despiertas y estas tendido a lo largo del piso, mientras alguien te arrastra sosteniéndote muy fuerte de las muñecas. No puedes hablar, no puedes moverte. Solo puedes pensar. Poco a poco te entregas a lo que sea que espera por vos, y tus ojos comienzan a cerrarse en un intento desesperado por despertarte, aún sabiendo que no será así.

Que despiertes en la luz o en la oscuridad solo depende de vos.

Fin

sábado, 12 de marzo de 2011

Misión de vida

Supongo que a todos esta cuestión se nos plantea al menos una vez en nuestros período sobre la tierra. Seguridad de que exista algo más allá no tenemos, pero sí tenemos la fe, una de las mayores fuerzas que tiene la humanidad, pero subestimada.

Más de una vez me encuentro en el dilema de no saber, o no estar segura de seguir la dirección correcta, o de tener la certeza de que lo que hago va a dar sus frutos o no. Siempre concluyo en los mismos pensamientos. Lo importante es el presente, y sentir que lo que hacemos nos satisface espiritualmente. El hecho de hacer algo por alguien más depende de los motivos y ambiciones personales, que acepto y tolero no todos los tenemos. El altruismo es un sentimiento o una forma de ser bastante compleja, siempre admiré a este tipo de personas ya que para serlo deben ser personas fuertes y con mentes que estén mas allá de las influencias actuales, globalizadores, ambiciosas e individualistas. Es difícil escapar a estas tendencias. Personalmente admito que me cuesta y son cuestiones con las que lucho todos los días, es una lucha interna que poco a poco se hace eterna.

Pero de eso se trata estar bien, se trata de ganar los conflictos que se nos presenten a menudo, de la lucha constante por mantener un equilibro o el mejor bienestar. Si todos hiciésemos algo por nosotros mismos, indivisiblemente lo estaríamos haciendo por la colectividad. Es como esa frase tan famosa que dice que el ejemplo lo debe dar uno mismo, la acción debe empezar por nosotros.

Pensamientos, frases, opiniones, se me cruzan muchas cosas en la cabeza cada vez que pienso: ¿qué hago en este mundo? ¿tendré una misión en mi vida? …. o será que acaso al final de mis días podré decir que la misión de mi vida la construí yo misma… decision Creo que hasta ahora es la idea que tiene el primer lugar en el podio de mis puestos.  Si nos equivocamos o no, creo que no es el análisis prioritario, la verdadera cuestión reside en saber que lo hemos intentado.

Solo espero que no nos equivoquemos tanto en nuestras decisiones, y que si nos caemos, tengamos bien en cuenta que levantarse es una obligación, no una opción. Y recordemos siempre no hay mayor demostración de nuestra salud que demostrar esa lucha constante con lo que se nos presenta, tanto individual, como socialmente.

En fin… espero no haberlos aburrido con estos pensamientos ocurridos por una noche solitaria, lluviosa y fría, en posterioridad a  los hechos actuales… os envío un cálido abrazo!

jueves, 10 de marzo de 2011

Desconexión Sideral…

Esta noche dejo otro cuento, esta vez en tercera persona. Tuvo un poco de inspiración, otro poco de imaginación y unas horas sin dormir. ¡Les dejo un abrazo!

-Desconexión Sideral-

Conmoción y una ola de alegría, es lo que sintió al verlo aproximarse por esa esquina. Aunque cuando tomó la decisión de verlo pensó que sus facultades  mentales estabas en deterioro, con el tiempo le tomó la simpatía a la idea y no le pareció una idea tan loca, ese personaje extraño,  que el mundo había sacado debajo del brazo, lograba sacarle a menudo unas cuantas sonrisas.

El ruido y el ajetreo de la ciudad se dispersaron en su mente, y sus nervios fueron los protagonistas del momento. Cesó la lluvia en el instante en que sus brazos rodearon su cuerpo y pudo experimentar la sensación de sentir algo tan fuerte a su alrededor, que por ese momento el miedo resultó un sentimiento desconocido para su mente. La asustó un poco sentirse tan bien.

Las charlas que poco a poco fueron convirtiéndose en una manera de acortar la distancia física entre los cuerpos, la suavidad de los pequeños roces de labios en las mejillas, la mirada de sus ojos enfocada en ella, resultaron  momentos para guardar en un baúl, momentos para recordar y poder sonreír, es lo que se cruzó por su mente.

El color de esos ojos, tan pícaros, tan infantiles, tan poco preocupados por el qué dirán, tan llenos de magia, de juego, particularmente únicos. No pudo olvidarse y dejarlos atrás. Trató de prometerse no olvidarlos jamás pero también insistió en no ilusionarse, en no dejar que esa sensación de mariposas en el estómago se adueñaran unas vez más.

La presión, la humedad de su piel sobre la suya, el aire tibio de su respiración sobre sus oídos, la suavidad de su pelo, las simpáticas pecas en su piel. La tuvieron abstraída por unos días. La gravedad de su voz, su caminar con hombría, su actitud de atención.

Las risas, los chistes, los bailes sin música, los silencios incómodos, la música poco habitual en sus oídos, los colores habitualmente evitados. Eran muy diferentes, o eso es lo que ella creyó. Pero ahí estaba, haciendo caso de la atracción mental y física que él le generaba.

Había sido una aventura, pero una de las pocas aventuras que se había animado a hacer sola. Era justo lo que ella esperaba, ni más ni menos. Fue como haber saltado del mundo y haber volado en el vacío entre los astros. Sin dudas que aunque en su mente ella estaba convencida de que las aventuras, aventuras son… había causado algo especial en sus pensamientos, pero jamás lo admitiría.

Llegó la hora de la despedida, y no se sintió arrepentida.

Todo encuentro sucede por alguna razón ya sea intencional o no. El destino le había regalado ese pequeño cruce de su camino, ya sea que lo fuera a encontrar otra vez, o no… él la había hecho ser feliz.

Fin

miércoles, 9 de marzo de 2011

“Memorias desde abajo”

Este cuento lo escribí hace un tiempo, no lo había compartido con nadie, así que espero que les guste, es un poco gris, un poco triste. No recuerdo cómo se me ocurrió, simplemente las palabras corrieron frente al monitor,  pero supongo que eso es lo más me agrada de él, empezó con una idea y terminó en algo bastante diferente.  Es un cuento narrado en primera persona y con un final un poco librado a su imaginación.

Memorias desde abajo

No pensé que este momento iba a llegar tan pronto, es que hoy siento que me falta algo. No se porque maldita razón me hiciste acostumbrarme a ti y simplemente te esfumaste. No se porque estoy acá esperando que regreses sabiendo que jamás serás capaz de emprender un camino de regreso desde el lugar a donde partiste.

Odio sentirme sola, inservible e inútil sin vos. En un momento había logrado deshojar la flor de mis sueños y por fin era libre de ti. Por fin ya había dejado de soñar con un final feliz a tu lado. Y ahora me encuentro acá abandonada, con frío y sin ti otra vez. ¿Por qué razón volviste una vez más?… para nuevamente irte y dejarme aquí…

Pensar en ti me hace sentir escalofríos, ya no siento la sensación de  tus caricias y la suavidad cada vez que me echaba a tus brazos. Ya no sentiré esa presión que sentía cada vez que hundías tu labios en mi frente. Ya no sentiré como tus dedos separaban mis cabellos, ni veré tu mirada llena de tristeza y de culpa. Jamás verás mis ojos brillar otra vez al verte llegar, ni sentirás mi perfume cuando nos hacíamos uno.precipicio

Te fuiste para siempre, hiciste tus maletas, te acercaste al precipicio, jugaste a lastimarte y echaste a volar.

Ya no quiero nada, no pretendo seguir alimentando una ilusión totalmente perdida, sin causa ni razón. La parte mas importante de la ecuación se transformó en un número nunca antes conocido. Mis ojos comienzan a cerrarse, mi voz comienza a apagarse, ya perdí toda sensibilidad y no quedan fuerzas en mis músculos. Poco a poco se va apagando la llama que mantenía mi cuerpo iluminado y comienzo a alejarme de él.

Por un momento fui tan ilusa, que creí haberte recuperado. Pero ya no quiero pensar en ti, ya lo entendí… pero no puedo. No entiendo qué pasó, no sé a qué lugar se fueron todos. Solo recuerdo tu voz, tus manos, las montañas.

Solo me queda este eterno sentimiento de soledad. La humedad se cuela entre las rendijas de mi cajón, y ni un rayo de sol se atreve a asomarse por las uniones. Ahora el cielo volvió a su inmensa oscuridad, esa de la que tanto temía.

Ya no tengo amigos, y ya nadie se queja de mis llantos, de mi tristeza, de mi incesante voz llamándote. Los vientos vienen de todas partes, se escabullen por cada rincón de mi cuerpo, erosionándolo y borrando las marcas que dejaste en mi piel. Tengo frío y ya no estas aquí para abrigarme.

Seres vivos se apoderan de mi cuerpo y no estás aquí para ahuyentarlos. Me congela el aire que respiro  y no estás aquí para ayudarme.

La espera es eterna y solo estoy aquí preguntándome por qué razón me dejaste sola otra vez….

Fin

lunes, 28 de febrero de 2011

Mi amiga Voluntad…

Saltar, correr, escapar, bailar, gritar, cantar, brincar, jugar a las escondidas, jugar a “pelo pelito es”. Hoy pensando en energías que no puedo distribuir por mi alrededor se me ocurrió que esto que siento hoy es algo parecido a una palabrita muy famosa llamada Voluntad.

Voluntad es una palabra que a más de uno nos falta, es una palabra que suena hasta agradable. Es una palabra difícil de conceptualizar en nuestras mentes. 

Según algunas personas la voluntad “ es la facultad de decidir y ordenar la propia conducta”… otros dicen que “es la capacidad de los seres humanos que nos mueve a hacer cosas de manera intencionada, por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo”.

Creo que están en lo cierto pero a mí me gusta darle un poco de fantasía y pensar que la Voluntad es una señora “hecha y derecha”. Es una señora invisible que nos suele acompañar cuando nos sentimos bien, supongo que las buenas vibraciones que uno desprende a la naturaleza la atraen.

También es una amiga de toda la vida de la Motivación y de la Creatividad. Así es que cuando ellas se juntan la Voluntad nunca falta, ella suele decir que jamás se perdería el rato con sus amigas.

Voluntad parece una señora muy simpática, mamá una vez me contó que cuando ella está presente se siente un “algo” especial en el aire que nos llena de satisfacción y de la tranquilidad fairyal final de las reuniones de estas amigas. Ellas contagian miradas tranquilas y sonrisas. Y hasta a veces son buenas amigas cuando nos sentimos mal, porque nos hablan de cosas lindas y uno se mantiene tan ocupado que te olvidas de los problemas, y muchas otras veces nos ayudan a “ocuparnos” de los problemas y a evitar a la Preocupación, que es una señora un poco mas triste, que siempre viste de gris.

Hoy parece que Voluntad vino a visitarme, ya veremos que sale de esta reunión…

¡Ah! por cierto, me contó que no usa teléfono móvil, solo podemos llamarla a través de Motivación, Alegría y Creatividad….

Os envío un abrazo!!