viernes, 27 de mayo de 2011

Hoy manifiesto...

Hoy no voy a escribir por gusto, hoy voy a escribir por desahogo.

Subir con alguien a una montaña con un paracaídas o un parapente en brazos, y no tirarse… se llama miedo, se llama cobardía. Hacer el esfuerzo para subir esa montaña y no animarse, es fallarse a uno mismo y es fallarle al otro.

parachute

Estoy un poco cansada de la hipocresía de los que reclaman hipocresía cuando ellos mismos lo son. Estoy cansada de las distracciones del mundo de hoy. Estoy abrumada por las tendencias, por las modas, por los modos de querer ser distintos a los demás, cuando al final todos somos muy parecidos naturalmente. Estoy cansada de la gente que usa vendas para no ver, para escapar de la realidad. Lo sé, puede ser dolorosa… Pero está ahí, duele, y hay que aceptarla. El único modo de cambiar algo es aceptando que hay un problema.

Estoy cansada de tantos auriculares generando una sordera del sonido del mundo. En la naturaleza también hay música. En la gente también hay música.

Estoy cansada de los tiempos tan ajustados. Estoy cansada de  tener que pensar todos los días en el mañana, cargando con el pasado prejuicioso que nos acribilla a cada momento que bajamos la guardia.

Estoy cansada de la gente que habla sin censura, estoy cansada de la gente que deja salir de su boca palabras sin sentido, y que son incapaces de medir el efecto que generan en los otros. Estoy herida de la ignorancia de no conocer que en el otro también hay sentimientos.

Estoy cansada de que la gente no se valore, estoy cansada del conformismo de hoy en día. No pido que quieran más, solo pido que quieran estar bien, que no acepten condiciones inhumanas como un bienestar.

A veces me parecen situaciones que no tienen cura, y es lo que mas impotencia me genera… a mí… a un simple granito de arena más que habita este hermoso lugar.

Hoy pensé en el miedo de hablar, pensé en el miedo de expresión, en el miedo de comunicarse con alguien.

¿Por qué tener miedo de animarse?

¿Por qué tener miedo de hablar? 

Luchando con este estorbo, empiezo hablando de lo que pienso.

Por lo menos creo que es un buen paso…

domingo, 15 de mayo de 2011

Ver, percibir, imaginar

Sentada bajo un árbol, una chica sonreía con lágrimas en la cara.

En un banco cercano una anciana miraba el horizonte, obstaculizado de ladrillos y cemento.

En el pasto un niño se revolcaba con su perro sin importarle el barro.

En la esquina una señora vestida de gris esperaba el ómnibus con poca expresión en el rostro.

Por la vereda una pareja corría a la par.

Desde ahí nada tenía sentido pensé…

mundos unidos

Un chica sentía la perdida de su amado.

Un anciana recordaba la mirada de su esposo al verla acercarse al altar.

Un niño estaba feliz por haber reencontrado a su perro, perdido hacia una semana.

Una señora vestida de gris estaba ansiosa por llegar al hospital, hacía 10 minutos le habían avisado que su esposo estaba allí.

Una pareja sentía soledad, ella moría por dentro por pedirle perdón, y el moría por dentro por el deseo de perdonarla.

Desde ahí todo fue mas claro…

lunes, 9 de mayo de 2011

En prisión

Como un envase vacío oxidándose a la intemperie, podía sentirse de ella el sonido de las gotas escurriéndose por sus agujeros, podía captarse la absorción de la luz por ese cuerpo oscuro de colores en extinción. Podía sentirse a los lejos el olor metálico que expedía la respiración emitida al vaciarse entre sus ahogos y sollozos.

dark_room_desk Su mente se sentía perdida, ya no era capaz de hacer un único individuo entre su cuerpo y su alma. Sentía imposibilidad de expresarse, con el paso del tiempo las palabras comenzaban a escasear de entre sus labios. La sumisión al vació y el silencio que el alrededor le transmitía la obligaban a refugiarse en un cuarto oscuro. La luz pedía a gritos que la dejase salir de ella, las palabras deseaban transformarse en cataratas de sueños y de ilusiones, y no lo lograba por mas esmero que de ella brotara. La comunicación con su interior ya había perdido integridad.

Se quejaba por falta de tiempo. En su soledad se replanteaba  si había elegido el camino correcto. Todavía no podía aplacar la batalla entre su necesidad de prosperar dando una utilidad vital a su existencia para con sus compañeros de mundo, y entre sus necesidades personales de liberación, que no parecían estar cumpliéndose.

Las notas musicales hacían cambiar el ritmo de sus signos vitales y comenzaba a sentir un peso irrompible en su interior. Se preguntaba si serían las emociones contagiadas o era la señal de algo trascendental, una señal, o una mera casualidad de su personalidad para con las creaciones humanas. No podía evitar el sentirse egoísta al dar rienda suelta a sus ideas, a sus dedos, que dejaban plasmados en una unidad virtual y otras veces en papel, sus juegos de palabras. No buscaban nada, solo buscaban salir, y era la idea egoísta de su necesidad. Sin objetivos… ¿Cuál era el motivo de lo que sentía?

Estaba asumiendo que el motivo de su estado era su incertidumbre de no saber sobre qué camino tomar, y como elegirlo, y la capacidad de verlos. Necesitaba de la capacidad de visualizarlos, pero la oscuridad de su alrededor no era una mano extendida, no eran binoculares que facilitaran su visión.

No habían muchas opciones que elegir, no había muchos escapes a los cuales dirigirse. La espera ahogada en la monotonía de la rutina de ver los días pasar era la dosis que mas se ajustaba a su vida, que poco a poco iría perdiendo color.

La aceptación a ese destino se había convertido en lo  mas cercano a una realidad esperable en su imaginación…