Hace poco tiempo, me estaba dejando abandonar por la rutina y las pocas ganas. Las casualidades de la vida me llevaron a comenzar un taller junto a gente maravillosa donde además de leer y hablar sobre distintos escritores, nos animan a seguir escribiendo.
¡Esta va por vos, Julio Cortázar!
Instrucciones para ponerse el pantalón
Hay quienes lo llaman en modo singular, hay quienes los llaman en modo plural, haciendo alusión a que son un par idéntico a nuestras piernas, la mayoría de las veces. Los pantalones consisten en una prenda de vestir diseñada para atrasar los minutos al vestirse, para sufrir frente al espejo, para sonrojarnos en las tiendas de compra al pedir talles más grandes. Para estas últimas dos pocos tienen la solución, pero para aligerar el tiempo y llegar a la perfección del último botón muchos tienen la receta.

Una vez logrado esto, procedemos a mantener el pantalón a la altura de las rodillas con una sola mano y emprendemos la tarea de colocar la pierna que nos quedó desnuda en el tubo restante, mientras que con la mano libre nos sostenemos de una pared o un armario o simplemente hacemos equilibrio en el aire. Tras un intento, o varios, dado que el emboque es inversamente proporcional a nuestro estado de sueño, levantamos el pantalón por la cintura, hasta que llega a la nuestra. Si se llega hasta este punto uno tiene la libertad de esbozar una sonrisa, pero solo un poco.
Los pantalones suelen venir en la parte delantera con unos botones de ajuste o una cremallera o cierre. Si el pantalón es abotonado, debemos agarrar el botón de un extremo y colocarlo en el ojal del lado contrario, con la precaución de que sea el complementario, no se considera válido que el primer botón enganche con el segundo ojal. Si el pantalón tuviese cierre, la tarea es apenas más fácil, viene un botón en el extremo superior, que lo uniremos al único ojal presente, y procedemos a levantar el cierre, con el sumo cuidado de no enganchar nuestra ropa interior. En caso de que el cierre no funcionara, abandone la tarea y consiga otro pantalón, en los códigos de la calle no está bien visto el caminar con los pantalones abiertos. Si hasta acá tenemos ambas piernas en ambos tubos, la cintura del pantalón alrededor de la nuestra, los botones prendidos, el cierre levantado, nuestra sonrisa estará completa porque lo hemos logrado, pero es posible que aun así, inevitablemente, alguien nos diga de frente, o por detrás: “¡Esa persona no tiene los pantalones bien puestos!”.
Romina Belén Negri Montes
¿Qué tal resulta para Uds. ponerse el pantalón?
Un besazo!
Ay! Si hubiese leido esto antes...
ResponderEliminarUn saludo coleguita
Excelente... tendriamos que tener siempre las instrucciones a mano. Besos
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